Ensayo del primer saber ..

Aniquilar ideas opresoras en medio de la educación.-

Al leer el texto: “Una educación que cure la ceguera del conocimiento”, he complementado ciertas ideas que solo provienen de esas típicas frases que reservo en la memoria producto de su valor. En este caso hablo de la siguiente: “todo conocimiento recibido debe transitar a través de mi propio criterio”. Anhelando que el pronto criterio de los alumnos sea fomentado en pos de la flexibilidad; logro enlazar la frase con el objetivo de la educación del futuro, la cual pretende incentivar la detección de los errores e ilusiones del conocimiento.

Contar con la posibilidad del riesgo del error y de la ilusión en el conocimiento, nos da a entender que la educación se verá siempre expuesta a esta problemática que no nos permite complementar y avanzar, por lo demás, aceptar que el conocimiento del ser humano es débil, nos exterioriza ante una realidad que podría ser mejorada. Asumir por ejemplo, podría ser indicio de una mejoría. Reconocer que la afectividad puede oscurecer el conocimiento como también puede fortalecerlo, es fundamental en el proceso de liberación.

Es cierto que de vez en cuando somos esclavos de esa forma de adaptación entre nuestras ideas y nuestra mente, esclavos de la cultura, de la influencia distorsionadora de los afectos, de errores de percepción o de juicio, del conformismo, en fin…
Esclavos de ideas opresoras que no se cuestionan y se aceptan como las únicas válidas.

Considero que cuando estamos sometidos en la convicción de ser dueños de la verdad absoluta, la pedagogía pasa a ser del oprimido, ya que la mente no acepta ideas nuevas porque ya tiene un par de ideas dominantes, sin embargo, la pedagogía debe dejar de ser del oprimido para luego pasar a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación. Despojándonos de toda acción individualista, es posible que esta afirmación sea efectiva.

Es impresionante reconocer que hay teorías y doctrinas que permanecen en una especie de endiosamiento creyendo tener la verdad absoluta de sus conocimientos. Es claro que ninguna teoría científica está exenta de errores, entonces, ¿porque auto engañarnos? ¿O es que acaso nos creemos tan autoritarios como para negar la posibilidad de ser educados por los educandos? Nadie es, si se prohíbe que otros sean y al proteger con apariencias intelectuales los propios errores, estamos desmereciendo las capacidades de los que pudiesen tener la razón.

Debemos ser críticos con lo que pensamos. Por un lado nuestra mente debe ser capaz de cuestionar las ideas, tratar de buscar respuestas y aceptar que ellas vengan desde lo nuevo y original, no de lo que nuestras estructuras mentales definen de ante mano. ¿Para que conformarnos con una sola idea?, ¡Si todos sabemos e ignoramos algo!, por eso aprendemos siempre. Negarnos a esta forma de amenizar la educación es un error. Lo efectivo es flexibilizar las ideas, adaptarlas al cambio permanente de las cosas y el mundo, no tener ideas rígidas que debamos defender con toda nuestra artillería.

Tener la posibilidad de intervenir en la historia individual de las personas, es un privilegio, así también una gran responsabilidad. Comparto la idea de impartir y estimular la importancia de detectar y subsanar los errores e ilusiones del conocimiento, de reconocer al ser humano como el ser más importante de la creación y así discriminar la posibilidad de ser destruidos por errores que terminan en cegueras.

El haber profundizado en la ceguera del conocimiento, he sustentado la gran convicción de que nuestro deber como educadores es luchar por obtener el mejor resultado en lo que siento es nuestra tarea... La educación liberadora.


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